SOBRE EL LIBRO: UNA PALOMA DE ESPUMAS AÑO 2008

SOBRE EL LIBRO: UNA PALOMA DE ESPUMAS AÑO 2008

DEL VUELO Y EL NIDO. MARÍA ELENA LLANA

Dirigirse a los niños por medio de la literatura puede plantear interrogantes cuyo primer esclarecimiento corresponde al propio autor, fundamentalmente para salvar el riesgo de caer en simplicidades que agredan la natural inteligencia del destinatario.

Se trata de un empeño nada sencillo dado el albur de medir por la edad la capacidad intelectual del niño para percibir un texto, por lo cual resulta evidente, a la primera ojeada, que Carmen Serrano resuelve la incógnita entregándonos un libro para quienes ya gustan de leer, para los que comienzan a hacerlo y para aquellos aún pendientes de que les lean.

Por tan estimable razón, la autora no evade el diálogo con su lector potencial más joven. En este caso, más bien un ―oidor‖, en la acepción de ―juez‖, pues no hay sentencia tan estricta como la del pequeño oyente. Recordemos que mientras las editoriales se ufanaban en difundir las narraciones para niños de León Tolstoi, sus nietos seguían prefiriendo las del folclor de magos, trineos y abedules.

Y esta referencia al mundo de los cuentos, tratándose de un libro de poesía, se explica porque en este volumen, junto a los valores inherentes a la versificación –riqueza de imágenes, altos niveles de sugerencias, musicalidad–, encontramos una voluntad de contar capaz de redimensionar el texto.

Comienza este libro, tan bellamente ilustrado por José Antonio Medina, con un gracioso poema –―Musical‖–, equivalente a una declaración de principios de la autora, pues tal parece decirnos: aquí van a encontrar variadas formas de versificar –sonetillos, cuartetas, verso libre–, pero abro con la más legítima expresión de cubanía: la décima.

Después, transitarán otras estructuras métricas o la inestimable prosa poética, entrelazando la musicalidad de la palabra con la del violín, la guitarra, el piano y el saxo, sin despreciar la batería enloquecida y los deliciosos tambores.

Sin embargo, con un tino especial –¿misterios de la poesía?–, Carmen Serrano ha incursionado más allá de ese estado de ánimo ambiental que es la música, para deslizarnos claves de acercamiento a otras disciplinas.

En el mismo rango de sugerencia, este libro, a través de varios exergos, nos acerca al poeta y dramaturgo Federico García Lorca, quien no contento con escribir teatro de títeres, montó un retablo en la sala de su casa.

Tampoco falta la disquisición filosófica en ―El sabelotonto‖, acertado título aplicado a alguien capaz de negar la importancia del amor –otro de los temas del libro–, porque un sabelotodo no es más sabio que tonto.

Y así vemos como, poco a poco, estas páginas se nos convierten en un glosario de conocimientos, diestra y diáfanamente presentados con el mismo sutil ropaje de hadas y duendes, los personajillos obligados y siempre gratos en el universo de la recreación imaginativa.

En la misma forma discreta, sin fanfarrias enaltecedoras, la autora rinde un homenaje a la Isla, exaltando la belleza característica de tres ciudades del oriente, centro y occidente: Frangollo, Cienfuegos y Pinar del Río.

.Junto a sus ricas proposiciones, el presente libro es una invitación a adentrarnos en la magia de las palabras, de cuya arcilla fundamental, bien moldeada y pulida, surge esta hermosa Paloma que nuevamente Carmen Serrano ha echado a volar desde su nido de espumas.

María Elena Llana, La Habana, mayo del 2012