CUANDO LA OVEJA NO TEME AL LOBO LINA DE FERIA
En los arquetipos múltiples de la poesía se desentraña una ley que, de inmediato nos hace aceptar o rechazar un texto. El poemario de Carmen Serrano Esas ovejas que nos balan dentro, como pieza terminada de la fascinación resulta un noble viaje por las escalas de lo ignoto, trazando pájaros de fuego stravinkianos en el momento de su asunción, cuando, oro decantado, reposa el texto después de su lectura. Podemos señalar lo inquisitivo como medida de su propio lenguaje, preocupaciones de carácter filosófico sondean las alternativas de sus escamoteos lingüísticos. El dibujo del mito en Carmen se sostiene con una estructura de principio a fin. En lo metafórico se mueve con claves particulares y no recose la asociación, sino que su idea fluye como parte del empaque semántico escrito. Hay una misteriosa conexión en las líneas de cada verso, que sometida a lo proyectivo revierte interioridad poco común. En poemas como ―Calle rampa‖ lo traslativo de las situaciones históricas evidencian la capacidad ficcional, lo que la hace no repetitiva sino que ajena a tecnicismos, pero con técnica elevada logra asumir los retos de la memoria y del buen hacer escritural. Las visiones típicas de Carmen Serrano provienen de un campo minado que encuentran su equilibrio en dos polos importantísimos: la intuición y la recreación. Ella emerge sin velocidades del discurso hilado, y siendo altamente sensitiva, nos enseña sus pequeños terrores en conjugación con la propia vida. Mujer sustantiva, se vincula en cierto tipo de actitud a la lírica del Veinte, porque su desenfado, a veces con flechazos terribles, no le tiene miedo al auto-descubrimiento en el que se nos aparece como compleja y contradictoria. Por eso, así reclama: ―El paseo por el jardín eleva el coche, voy sobre canales. ¡Mis ríos, son mis ríos!‖ En este texto la poetiza alcanza los datos elevados de una escritura que parece provenir de lo sanguíneo, y se introduce finamente en la conciencia del lector, gracias a que el lenguaje ha sido utilizado desde la perspicacia y una necesidad intrínseca de proyectarse.
Se transparenta una larga formación que a través de sus libros ha ido dejando la impronta de versos delineados en una sensibilidad con atracción y magnetismo. Hurgar en este libro es un acto de violín afinado, al cual le han establecido partituras novedosas en las que las asociaciones con semantemas logrados, invocan al disfrute del género, matizado y singular. A veces podemos comprobar que esta poeta es hija de la solitude, y como lobo estepario elabora contundentes versos que, sin ser uniformes, nos alejan de las letanías y nos adentran al mundo específico de quien tiene que salir de la introyección por la vía de las imágenes: ―que no me sonroja el aislamiento de aquel sitio en donde fui a parar‖. En este texto se ha esmerilado el buril hacendoso. No es el alarde de la contingencia vital lo que genera explicaciones poéticas cargadas de patetismo. Hay un ángulo para mirar la realidad, y como venida de variados caminos, la especulación está llena de convicciones y vemos el borde de la comunicación verídica que señalan el cuerpo intrínseco del discurso. Creemos que libros como éste deben ser publicados. Ajeno al alarde Bibliológico, este libro plantea la necesidad de oír las voces mentales de la escritura de alguien que sedimente las zonas urgidas del hombre contemporáneo. Grato a la lectura, lo que escribe Carmen Serrano es una especie de magnífico habitar entre los ciudadanos de la Isla, que se reflejan en muchas de las problemáticas internas planteadas y las lascas viscerales del espíritu para no ser olvidadas.
Lina de Feria 2011-05-23