Dedicado a Alejandro Zavala Berto

FRAGMENTO DEL PRÓLOGO
Para Sofía y Selma Fuentes Serrano
La poesía es una diablita a quien le gusta jugar a los escondidos
en el mundo de los artistas. Cuando se anima, canta,
salta y hasta monta en los ponis que dibuja el pintor y lo
obliga a que le ponga lazos y flores tanto a ella como al caballito.
Algunos poemas:
El caballito de aire
A: Carlos Jesús Hernández Montero
En un caballito de aire
la alegría se montó,
andan visitando parques
y refrescando el calor.
Jugando a los escondidos
se divierten entre flores,
y a la nueva primavera
le traen variados colores.
El caballito de aire
riega trinos con amor,
a veces mueve la lluvia
y otras juega con el sol.
Esa preciosa alegría
que es delicada ilusión,
yo no quiero que se baje
de mi potrito mejor.
Mi querido tocororo
La reina de los colores
dirige a un genio ideal,
que mágico y especial
le va trayendo fulgores.
De entre sus gracias mejores,
toma la más ingeniosa
y con ella, la virtuosa,
logra el preciado tesoro
de ataviar a un Tocororo
con una gama preciosa.
El odiado cautiverio
a mi Tocororo irrita,
y es virtuoso el que imita
tan elevado criterio.
No constituye misterio,
cuando modesto gorjea,
y asume como presea
un lema de cubanía
que en ciudad o serranía
con tanto gusto recrea.
El zunzuncito
A: la linda Jade Pacheco del Valle
Matizada alegría,
picaflor, anda, ven,
que algunas preguntas
me debes responder.
¿Por qué tanta impaciencia
para libar la flor,
si ella alegre te brinda
su delicia mejor?
Con gracia delicada
se arregla para ti.
Genio de las abejas,
pequeño colibrí.
Donaire suntuoso,
coloración inquieta,
de metálicos tonos
y de natura fiesta.
Seré infeliz si dejas
mi nutricio jardín.
Zunzuncito encantado,
no te alejes de mí.
Trino enjaulado
Para Allie Berto González
De la nueva jaula
que han puesto en el patio
disfruto un concierto
de sonidos gratos.
Mi amor a un canario
es un tanto raro
porque al verlo aquí
me siento intrigado.
Estoy observando
que hay algo genial,
motivo de encanto,
en ese plumaje
que resalta tanto.
Más, ya sé el por qué
del sentir extraño,
es que desearía
ver feliz, volando,
entre los rosales
o en los libres prados
a esas bellas notas
del trino enjaulado,
a ese amigo alegre,
nombrado canario.
La orquesta alada
Si se buscara lo bello
a través de cualquier forma
esta orquesta hace la norma
y le incorpora su sello.
Canta allí sin atropello,
la delicada fermina
que emite la nota fina
cuando secunda al sinsonte,
y se estremece hasta el monte
con su muestra cantarina.
Un ala del ruiseñor
mueve regia la batuta
y el auditorio disfruta
de aquel concierto mayor.
Es que estas aves lozanas,
del más bello canto hermanas,
crean notas tan preciosas
que empiezan a caer rosas
en sus patitas serranas.
Del invasor pájaro vaquero
Ese Pájaro Vaquero,
ni lo quiero mencionar,
hasta logra colocar
sus huevos en cualquier nido.
Es ignorante, atrevido,
por invasor no lo acepto,
es tan poco delicado,
como algún niño porfiado,
ese tordo renegrido,
que por nacer en su nido
mamá ave lo ha cuidado.
Consume los alimentos
del resto de los pichones,
que no son toscos glotones.
A veces los deja hambrientos,
incómodos y sedientos.
Esta madre no desdora,
de esa familia invasora,
que hasta le gana en tamaño.
Aunque le hagan mucho daño
como madre es protectora.

Consume los alimentos
del resto de los pichones,
que no son toscos glotones.
A veces los deja hambrientos,
incómodos y sedientos.
Esta madre no desdora,
de esa familia invasora,
que hasta le gana en tamaño.
Aunque le hagan mucho daño
como madre es protectora.
Golondrina
Golondrina azul, mi patria
disfruta de tu presencia
eres una joya rara,
una fantasía plena.
Si regresas aturdida
de tus cuarteles de invierno
el cañaveral te brinda
calorcito lisonjero.
Hacia tu nido en la altura
se desplaza tibio el sol
y entra, como quien duda,
con delicado rubor.
Mi golondrina viajera,
mi sueño azul de pureza
en tus plumajes de seda
se acurruca la belleza.

Visiones con lluvia
A Khloe del Sol Cuervo
La lluvia baña mis fantasías
cuando la siento salgo al portal,
y en los charquitos de su armonía
sueño que entro para jugar.
Bajo sus gotas mojo mis manos
y mientras tanto sin más ni más,
sueño que baña mi cuerpo entero
y otra alegría me empieza a dar.
Todas las aguas por mi retozan,
todas alegres vienen y van.

Por amor
Dime mar sabelotodo,
¿es cierto que una sirena
se fue con un tiburón,
que se ha vuelto inofensivo
por amor?
